“Por
lo tanto me es necesario explicar mis recientes
revelaciones espirituales a fin de que puedan ustedes
entender el por qué de mi
comportamiento.”
revelaciones espirituales a fin de que puedan ustedes
entender el por qué de mi
comportamiento.”
Daniel P. Schreber
Las “Memorias de un enfermo de
nervios” ¿De qué habla? ¿De unas memorias o de una enfermedad? Son los escritos de una experiencia que en efecto relatan hechos subjetivos y no de una enfermedad, hay que
puntualizar, no es una denegación, es cuestión de la oración. Si leemos una
portada que dice “Memorias de un analista” esperamos que hable de unas memorias
de una función y no de otra cosa, en efecto, para cada lector, quien escribió las memorias devendrá,
en suspensión, escritor o analista u otra cosa; pero ese que advino para cada lector no es el escritor que escribió
unas memorias, es el que devino efecto de una producción. ¿Hace falta dejar identificado al Dr. Schreber con el adjetivo que calificó al estado de la narración de sus memorias? Esa es una operación de cada lector...
Alberto Sladogna en su artículo
dice que “hemos cometido una cantidad de abusos “psi” encubiertos con términos de
psicopatología… y de un saber simbólico…”, aquí una cuestión a la que quiero
apuntar pues, si el abuso es en relación al campo psi por esa fijada terminación
que los lectores hacemos para con el escritor [en suspensión (es decir que no está dado de antemano sino en efecto de una producción)] para hacer
entrar en unas series psicopatológicas del conocimiento la suscripción de “un
enfermo de nervios” y así ejercer ese “abuso” ya no solo frente al autor -efecto
de una experiencia y en tanto escritor de unas memorias- sino frente al
significante. Echemos mano pues de un efecto movilizador, y es que, en el siglo
XX emergieron producto de la barbarie civilizadora: los testimonios.
El testimonio es un tema que se
ha desarrollado en diversas disciplinas y en el psicoanálisis, pero que me
parece ha dejado fuera a ciertas figuras y la del Presidente de la Corte de
Apelaciones de Dresde Dr. Daniel Paul Schreber es una de ellas. Giorgio Agamben
(1998) nos dice acerca del testigo que “hace referencia a alguien que ha vivido
una determinada realidad, ha pasado hasta el final por un acontecimiento y está,
pues, en condiciones de ofrecer un testimonio de ello”, la posición de testigo y
relatar un testimonio –objeto- ¿acaso no va afín con la dimensión de un Presidente
de la Corte? Aparte de ello, el relato de unas memorias de una experiencia –como
lo muestra la bibliografía del el s. XX- hacen de ese relato, un testimonio.
Una operación de saber y verdad
hay en esas narraciones. Un testimonio
intencional, con una intención para algo, hacia alguien, hacia un Otro bajo la manera de reportar un hecho
introduce dos cosas: un principio de credulidad (de quien le escucha, de quien le lee) y
la posibilidad de la mentira (pudiendo encontrar cabida allí). En un testimoniar para no puede conducirse a un saber pues el
conocimiento del testigo está condicionado por la fe de quien le escucha y por
definición, ésta fe no puede ser constitutiva de un saber, sino de una
creencia. Sin embargo, un testimonio
inintencional es un relato de algo sucedido, de una experiencia o –como escribe
Jose Attal (2012)- un testimonio “es el lugar mismo de la experiencia” donde el
testigo es tomado por el efecto del testimonio (objeto) y vuelca a otra cosa -¡¿Daniel
Paul Schreber pasa de un enfermo de nervios a un escritor a través del
testimonio que nos relata en sus memorias?!- pues, el testimonio bajo la manera de hablar de lo ocurrido de
una experiencia… de unas memorias, coloca al hablante en una posición en
donde transmite esa experiencia, ese objeto no es sabido porque nos lo dan a
saber (allí entraría al lugar la creencia), sino porque leímos acerca de él, “es
porque no pretendieron decirnos la verdad, que pudieron hacérnosla saber” escribe Stéphane Chauvier (2005),
en tanto que si pretenden decirnos la verdad, estamos condenados a creerla:
“Así, la singularidad del objeto del testimonio hace que al testimoniar no revele directamente una verdad a otro, sino que no hago más que darle la posibilidad de encontrarse en la experiencia de esta verdad. Dicho de otro modo, el testigo [el hablante, el escritor, el Dr. Schreber] no enseña, transmite una experiencia y permite a los otros dejarse enseñar por esta experiencia.”
Luis Mendoza Lascano
"Presidente Schreber"¿Prisionero del gran Otro -Dios-? por Alberto Sladogna
Ninguno de los
conceptos de psico-patología - por lo mismo
y sobretodo en el juego implícito de las retrospectivas-
no debería ejercer el lugar de organizador.
y sobretodo en el juego implícito de las retrospectivas-
no debería ejercer el lugar de organizador.
Michel Foucault, Historia de la locura en la época clásica.
En Holanda las iglesias, lugares de una arquitectura particular, están siendo transformadas en bibliotecas, en bares, en restaurantes, en discotecas. ¿A qué se debe esta transformación? Ver las fotos y el vídeo al final de este texto.Tomemos un trazo de estilo: las Iglesias eran construidas de tal forma que cada quien al entrar en ella ve como sus ojos -su vista, su mirada- son conducidos hacia lo alto, lugar donde la Iglesia Católica Apostólica Romana ubicó -y ubica- a Dios a la luz que emana de él. Quizás la experiencia holandesa permite hacer una pregunta :Si las Iglesias cierran, una forma de ubicación de Dios se ha tranformado ¿En qué...?
Foucault
estableció con pertinencia Las palabras y las cosas, es
decir, en cada época hay palabras, enunciados -"El domingo es el día en
Dios descansa"- y cosas que se dan a ver. Las Iglesias generarón
-quizás todavía generen- un régimen de la luz que proviene desde lo alto.
Todo lo que se hace en una época solo puede hacerse si sale a la luz. ¿Cuál es
la luz que surge con el siguiente vídeo y las fotografias que se muestran a
continuación? Las cosas visible por ser tales no pueden reducirse a un
significado, así como los elementos enunciados son irreductibles a tal o cual significante.
Recordemos lo que nos metieron a sangre, sudos y lagrimas en la escuela
primaria: aquí están las cosas y estas son las palabaras. Foucualt quizás
extrajo de esa experiencia el título de Las palabras y las cosas.
Lo
que se ve no reside en lo que se dice y viceversa.Son reciprócos, no hay un
registro que domine sobre el otro. En el psicoanálisis se presentó gracias a
Jung y a Freud, el despliegue de un teólogo especial, el Doctor en Derecho,
Daniel Paul Schreber. Sus formulaciones teológicas están editadas, en México se
cuenta con una edición Memorias de un enfermo de nervios (Ed.Sexto
Piso) extraordinaria crónica de la experiencia, que él vivió y que escribio
y que firmó como presidente de la Corte de Apelaciones de Dresde, Daniel Paul
Schreber.
Esa edición, así como otras en castellano y en otras lenguas, es víctima de un prejuicio psquiátrico, psicológico y psicoanalítico ¿Cuál? El Dr.Schreber no estaba enfermo de nada, el "enfermo" era Dios y el Dr. Schreber dedicó una cantidad de años de su vida para reestablecer a Dios del malestar que lo aquejó.
Una anécdota ilustra los malos entendidos con el Dr. Schreber, cuando Sexto Piso inicó sus labores fui consultado sobre cómo hacer el tramite para adquirir los derechos, esa comunicación abrió un terreno compartido. En efecto, trataban de cobrarles una suma no solo abusiva, sino que además, así se ponía en riesgo la edición misma. Si, ante la experiencia del Dr. Schreber hemos cometido en el psicoanálisis una gran cantidad de abusos "psi..." encubiertos con términos de psicopatología -Freud- o de un saber simbólico -Lacan- presentados como "psicopatología" -la maldita forclusión -.
La edición mexicana en su segunda edición de este libro canónico incluye los siguientes textos: «Nota sobre los lectores de Schreber», de Roberto Calasso; «Observaciones psicoanalíticas de un caso de paranoia» de Sigmund Freud; «El caso Schreber» de Elias Canetti.Subrayo los escritores captaron muy bien la experiencia mística, teológica vivida y narrada por Schreber. Él veía como se opacaba o se difuminaba o se apagaba la luz de Dios ¿Estaba debil Dios?.
¿Cuál
era el nudo de estos embrollos suscitados por la experiencia del Dr. Schreber?
Jean Allouch ha desplegado el tema en sus dos recientes textos -cito aquí uno
de ellos.: Schreber
Thélogien. L'ingérence divine II- ubica que su investigación debe mucho a
una actividad titulada: Schreber Président (ed.Fage,
col."Actifs",Lyon,Francia,2006). En esa actividad está presentado el
núcleo o hueso duro de roer que a muchos nos llevó, durante un tiempo ha
rechazar esa experiencia: El Dr.Schreber firmó susMemorias de mi malestar
nervioso, las firmo como Presidente del Tribunal, él no sufría por firmar.
Esa debilidad de Dios tiene efectos sobre la Iglesia. Aquí dos preguntas y las respuestas de Leonardo Boff, teólogo, miembro notable de la Teología de la liberación:
Esa debilidad de Dios tiene efectos sobre la Iglesia. Aquí dos preguntas y las respuestas de Leonardo Boff, teólogo, miembro notable de la Teología de la liberación:
–Usted
dijo hace poco que Ratzinger se fue porque se dio cuenta de que ya no tenía
fuerzas para imponer el modelo de Iglesia que pretendía.
–Creo
que hay varias razones. Una más subjetiva y personal, que era recristianizar
Europa para, desde allí, irradiar al mundo; no resultó. A los europeos ya no
les interesa el cristianismo, lo tiene a sus espaldas. Los ayudó a crear la
cultura, las naciones, pero no es una fuente de inspiración, lo consideran muy
medieval, muy antimoderno, no tiene democracia ni Derechos Humanos. Lo otro es
que su proyecto de Iglesia –que yo lo escuché en clases con él, pero tiene su
origen en San Agustín– también fracasó. Él piensa que todos los seres nacen en
pecado original por la relación sexual que transmite la vida, por lo cual toda
la humanidad está condenada. Pero Dios tiene piedad y pone una célula a partir
de la cual todo se puede salvar. Esa célula que es como una pequeña iglesia.
–Pero
esa célula está totalmente podrida.
–Ahí
está el problema, que el Papa se da cuenta de que esa célula está llena de
ladrones, de homofóbicos, pederastas, el Banco Vaticano y todo eso. Ve que
había un cáncer con metástasis en el cuerpo eclesial de la curia y que
físicamente no tenía fuerzas. Ahí yo vi su dimensión ética, su gran humildad de
crear espacio para que venga otro y, a la vez, dar una bofetada a la curia
romana. Deja un relatorio de 300 páginas sobre todo lo que ocurre y otro vendrá
con más fuerza a curar eso.
Regresemo al tema y las cuestiones formuladas por el Dr. Schreber. Les sugiero ver en youtube: Memoirs of my nervous ilness, http://youtu.be/2JB3tm8bJNE Hemos proyectado el filme en Buenos Aires,Argentina; en Querétaro, en Saltillo, en fecha próxima en Guadalajara,en Morelia, en Monterrey Mexico. A ese filme anudo un tema que el Dr. Schreber sufrió en carne propia, en la carne de su testimonio se trata de esta ocurrencia:
Cuando se habla a Dios, eso se llama plegaria, cuando
Dios les habla [a usted], eso se llama
esquizofrenia.(Zvi Lothane, Schreber et la paranoia, 1996)
Aquí
los vídeos y las fotografías que muestran y enuncian cuestiones relativa a Dios
en estos tiempos ¿sin luz de Dios?
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