viernes, 10 de mayo de 2013

De Alberto Sladogna: "Presidente Schreber" ¿Prisionero del gran Otro -Dios-?. Un apunte introductorio por Luis Mendoza


“Por lo tanto me es necesario explicar mis recientes
revelaciones espirituales  a fin de que puedan ustedes
entender el por qué de mi
comportamiento.”
Daniel P. Schreber

Las “Memorias de un enfermo de nervios” ¿De qué habla? ¿De unas memorias o de una enfermedad? Son los escritos de una experiencia que en efecto relatan hechos subjetivos y no de una enfermedad, hay que puntualizar, no es una denegación, es cuestión de la oración. Si leemos una portada que dice “Memorias de un analista” esperamos que hable de unas memorias de una función y no de otra cosa, en efecto, para cada lector, quien escribió las memorias devendrá, en suspensión, escritor o analista u otra cosa; pero ese que advino para cada lector no es el escritor que escribió unas memorias, es el que devino efecto de una producción. ¿Hace falta dejar identificado al Dr. Schreber con el adjetivo que calificó al estado de la narración de sus memorias? Esa es una operación de cada lector...

Alberto Sladogna en su artículo dice que “hemos cometido una cantidad de abusos “psi” encubiertos con términos de psicopatología… y de un saber simbólico…”, aquí una cuestión a la que quiero apuntar pues, si el abuso es en relación al campo psi por esa fijada terminación que los lectores hacemos para con el escritor [en suspensión (es decir que no está dado de antemano sino en efecto de una producción)] para hacer entrar en unas series psicopatológicas del conocimiento la suscripción de “un enfermo de nervios” y así ejercer ese “abuso” ya no solo frente al autor -efecto de una experiencia y en tanto escritor de unas memorias- sino frente al significante. Echemos mano pues de un efecto movilizador, y es que, en el siglo XX emergieron producto de la barbarie civilizadora: los testimonios.

El testimonio es un tema que se ha desarrollado en diversas disciplinas y en el psicoanálisis, pero que me parece ha dejado fuera a ciertas figuras y la del Presidente de la Corte de Apelaciones de Dresde Dr. Daniel Paul Schreber es una de ellas. Giorgio Agamben (1998) nos dice acerca del testigo que “hace referencia a alguien que ha vivido una determinada realidad, ha pasado hasta el final por un acontecimiento y está, pues, en condiciones de ofrecer un testimonio de ello”, la posición de testigo y relatar un testimonio –objeto- ¿acaso no va afín con la dimensión de un Presidente de la Corte? Aparte de ello, el relato de unas memorias de una experiencia –como lo muestra la bibliografía del el s. XX- hacen de ese relato, un testimonio.

Una operación de saber y verdad hay en esas narraciones. Un testimonio intencional, con una intención para algo, hacia alguien, hacia un Otro bajo la manera de reportar un hecho introduce dos cosas: un principio de credulidad (de quien le escucha, de quien le lee) y la posibilidad de la mentira (pudiendo encontrar cabida allí). En un testimoniar para no puede conducirse a un saber pues el conocimiento del testigo está condicionado por la fe de quien le escucha y por definición, ésta fe no puede ser constitutiva de un saber, sino de una creencia. Sin embargo, un testimonio inintencional es un relato de algo sucedido, de una experiencia o –como escribe Jose Attal (2012)- un testimonio “es el lugar mismo de la experiencia” donde el testigo es tomado por el efecto del testimonio (objeto) y vuelca a otra cosa -¡¿Daniel Paul Schreber pasa de un enfermo de nervios a un escritor a través del testimonio que nos relata en sus memorias?!- pues, el testimonio bajo la manera de hablar de lo ocurrido de una experiencia… de unas memorias, coloca al hablante en una posición en donde transmite esa experiencia, ese objeto no es sabido porque nos lo dan a saber (allí entraría al lugar la creencia), sino porque leímos acerca de él, “es porque no pretendieron decirnos la verdad, que pudieron hacérnosla saber” escribe Stéphane Chauvier (2005), en tanto que si pretenden decirnos la verdad, estamos condenados a creerla:

“Así, la singularidad del objeto del testimonio hace que al testimoniar no revele directamente una verdad a otro, sino que no hago más que darle la posibilidad de encontrarse en la experiencia de esta verdad. Dicho de otro modo, el testigo [el hablante, el escritor, el Dr. Schreber] no enseña, transmite una experiencia y permite a los otros dejarse enseñar por esta experiencia.”

Luis Mendoza Lascano 




 

"Presidente Schreber"¿Prisionero del gran Otro -Dios-? por Alberto Sladogna


Ninguno de los conceptos de psico-patología - por lo mismo
y sobretodo  en el juego implícito de las retrospectivas-
no debería ejercer el lugar de organizador.
Michel Foucault, Historia de la locura en la época clásica.



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En Holanda las iglesias, lugares de una arquitectura particular, están siendo transformadas en bibliotecas, en bares, en restaurantes, en discotecas. ¿A qué se debe esta transformación? Ver las fotos y el vídeo al final de este texto.Tomemos un trazo de estilo: las Iglesias  eran construidas de  tal forma que cada quien al entrar en ella ve como sus ojos  -su vista, su mirada- son conducidos hacia lo alto, lugar donde la Iglesia Católica Apostólica Romana ubicó -y ubica- a Dios a la luz que emana de él. Quizás la experiencia holandesa permite hacer una pregunta :Si las Iglesias cierran, una forma de ubicación de Dios se ha tranformado ¿En qué...?

Foucault estableció con pertinencia Las palabras y las cosas, es decir, en cada época hay palabras, enunciados -"El domingo es el día en Dios descansa"- y cosas que se dan a ver. Las Iglesias generarón -quizás  todavía generen- un régimen de la luz que proviene desde lo alto. Todo lo que se hace en una época solo puede hacerse si sale a la luz. ¿Cuál es la luz que surge con el siguiente vídeo y las fotografias que se muestran a continuación? Las cosas visible por ser tales no pueden reducirse a un significado, así como los elementos enunciados son irreductibles a tal o cual significante. Recordemos lo que nos metieron a sangre, sudos y lagrimas en la escuela primaria: aquí están las cosas y estas son las palabaras. Foucualt quizás extrajo de esa experiencia el título de Las palabras y las cosas.

Lo que se ve no reside en lo que se dice y viceversa.Son reciprócos, no hay un registro que domine sobre el otro. En el psicoanálisis se presentó gracias a Jung y a Freud, el despliegue de un teólogo especial, el Doctor en Derecho, Daniel Paul Schreber. Sus formulaciones teológicas están editadas, en México se cuenta con una edición Memorias de un enfermo de nervios  (Ed.Sexto Piso) extraordinaria crónica de la experiencia, que él vivió y que escribio y que firmó como presidente de la Corte de Apelaciones de Dresde, Daniel Paul Schreber.

Esa edición, así como otras en castellano y en otras lenguas, es víctima de un prejuicio psquiátrico, psicológico y psicoanalítico ¿Cuál? El Dr.Schreber no estaba enfermo de nada, el "enfermo" era Dios y el Dr. Schreber dedicó una cantidad de años de su vida para reestablecer a Dios del malestar que lo aquejó.

Una anécdota ilustra los malos entendidos con el Dr. Schreber, cuando Sexto Piso inicó sus labores fui consultado sobre cómo hacer el tramite para adquirir los derechos, esa comunicación abrió un terreno compartido. En efecto, trataban de cobrarles una suma no solo abusiva, sino que además, así se ponía en riesgo la edición misma. Si, ante la experiencia del Dr. Schreber hemos cometido en el psicoanálisis una gran cantidad de abusos "psi..." encubiertos con términos de psicopatología -Freud- o de un saber simbólico -Lacan- presentados como "psicopatología" -la maldita forclusión -.

La edición mexicana en su segunda edición de este libro canónico incluye los siguientes textos: «Nota sobre los lectores de Schreber», de Roberto Calasso; «Observaciones psicoanalíticas de un caso de paranoia» de Sigmund Freud; «El caso Schreber» de Elias Canetti.Subrayo los escritores captaron muy bien la experiencia mística, teológica vivida y narrada por Schreber. Él veía como se opacaba o se difuminaba o se apagaba la luz de Dios ¿Estaba debil Dios?.

¿Cuál era el nudo de estos embrollos suscitados por la experiencia del Dr. Schreber? Jean Allouch ha desplegado el tema en sus dos recientes textos -cito aquí uno de ellos.: Schreber Thélogien. L'ingérence divine II- ubica que su investigación debe mucho a una actividad titulada: Schreber Président (ed.Fage, col."Actifs",Lyon,Francia,2006). En esa actividad está presentado el núcleo o hueso duro de roer que a muchos nos llevó, durante un tiempo ha rechazar esa experiencia: El Dr.Schreber firmó susMemorias de mi malestar nervioso, las firmo como Presidente del Tribunal, él no sufría por firmar.

Esa debilidad de Dios tiene efectos sobre la Iglesia. Aquí dos preguntas y las respuestas de Leonardo Boff, teólogo, miembro notable de la Teología de la liberación:
–Usted dijo hace poco que Ratzinger se fue porque se dio cuenta de que ya no tenía fuerzas para imponer el modelo de Iglesia que pretendía.



–Creo que hay varias razones. Una más subjetiva y personal, que era recristianizar Europa para, desde allí, irradiar al mundo; no resultó. A los europeos ya no les interesa el cristianismo, lo tiene a sus espaldas. Los ayudó a crear la cultura, las naciones, pero no es una fuente de inspiración, lo consideran muy medieval, muy antimoderno, no tiene democracia ni Derechos Humanos. Lo otro es que su proyecto de Iglesia –que yo lo escuché en clases con él, pero tiene su origen en San Agustín– también fracasó. Él piensa que todos los seres nacen en pecado original por la relación sexual que transmite la vida, por lo cual toda la humanidad está condenada. Pero Dios tiene piedad y pone una célula a partir de la cual todo se puede salvar. Esa célula que es como una pequeña iglesia.



–Pero esa célula está totalmente podrida.



–Ahí está el problema, que el Papa se da cuenta de que esa célula está llena de ladrones, de homofóbicos, pederastas, el Banco Vaticano y todo eso. Ve que había un cáncer con metástasis en el cuerpo eclesial de la curia y que físicamente no tenía fuerzas. Ahí yo vi su dimensión ética, su gran humildad de crear espacio para que venga otro y, a la vez, dar una bofetada a la curia romana. Deja un relatorio de 300 páginas sobre todo lo que ocurre y otro vendrá con más fuerza a curar eso.


  Regresemo al tema y las cuestiones formuladas por el Dr. Schreber. Les sugiero ver en youtube: Memoirs of my nervous ilnesshttp://youtu.be/2JB3tm8bJNE Hemos proyectado el filme en Buenos Aires,Argentina; en Querétaro, en Saltillo, en fecha próxima en Guadalajara,en Morelia, en Monterrey Mexico. A ese filme anudo un tema que el Dr. Schreber sufrió en carne propia, en la carne de su testimonio se trata de esta ocurrencia:

Cuando se habla a Dios, eso se llama  plegaria, cuando Dios les habla [a usted], eso se llama 
esquizofrenia.(Zvi Lothane, Schreber et la paranoia, 1996)

Aquí los vídeos y las fotografías que muestran y enuncian cuestiones relativa a Dios en estos tiempos ¿sin luz de Dios?



 
                                           







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