El día miércoles 24 de julio tuve el placer de hacerme
partícipe del programa de radio de un amigo (Alan Morado: “Desde el vinilo”).
La temática propuesta, se
presentó en el
título que elegimos juntos: L
Ⱥ
Pequeña diferencia.
De ésta forma, para
los lectores cuidadosos estábamos introduciendo algo de lo que Lacan postula en
el seminario Encore:
“LȺ
mujer solo puede escribirse tachando La. No hay La mujer, artículo definido
para designar el universal. No hay La mujer puesto que por esencia ella no toda
es.”
Sin embargo, sabiendo que nuestro público es no-todo
psicoanalista, desde un primer momento aclaramos: no intentaremos hondear en éste postulado Lacaniano, pero
aclararíamos: para Lacan La mujer no existe en tanto ella es no-toda, no es
universal a diferencia del hombre. Se construye en cada caso.
Nuestra meta, sería
por lo tanto hablar de la diferencia sexual, para un público que podía o no
tener relación con los postulados de J. Lacan y/o de Freud. Hablamos de
diversidad y diferencia sexual, ¿es o no lo mismo? ¿Qué postula el
psicoanálisis al respecto?
En éste sentido puntuamos que la
diversidad sexual, solo podría ser acogida por el psicoanálisis desde un punto
de vista descriptivo, existe una forma
singular de hacer en cada sujeto ante la sexualidad. (Homosexual, heterosexual,
transexual, etc.)
En cambio la diferencia sexual, sería el concepto psicoanalítico más
específico con el cual se ha conseguido examinar las posiciones que los humanos
asumen en cuanto hace a su sexualidad y la de los demás, muy en particular,
cómo llegan éstos a definirse como seres sexuados. La diferencia sexual apuntaría a definir una posición singular, una posición
subjetiva ante la falta, ante el “no hay”, ante el significante de la falta, el falo.
Así se presentó un
obstáculo, una dificultad que se fue haciendo más clara (al menos para mí, en
el papel de locutora) a lo largo del programa. ¿Cómo hablar de psicoanálisis
sin hablar de psicoanálisis?
Pregunta que además, me parece, concierne al psicoanálisis
mismo y a su transmisión, en tanto el psicoanálisis no debería ser una práctica
sectaria o exclusiva para un público conocedor. Bien es sabido que éste ha sido
uno de los grandes obstáculos a superar ya que aunque no pretendemos que el
psicoanálisis sea una cosmovisión, capaz de decirlo todo acerca de la imagen
del mundo, como psicoanalistas, nos gustaría que algo del saber que el
psicoanálisis bordea y ha logrado bordear sea transmitido.
Ahora bien, el psicoanálisis mismo ha sido una práctica que
se ha construido justamente dando un lugar particular a los obstáculos. Fue a
partir de no desechar los obstáculos y
las dificultades que se le presentaban en
la clínica, que Freud produjo nuevos avances en la teoría y en la dirección de
la cura.
No nos detenemos frente a ellos, ni nos damos la media
vuelta para emprender un nuevo camino. Los tomamos y les damos lugar para desde
ahí emprender una nueva vía, que no será camino a una verdad absoluta, sino que
simplemente nos permitirá continuar construyendo y avanzando en la teoría y en
la práctica clínica.
De éste modo, Hacer del Decir, pretende dar frente a éste
obstáculo particular. Creemos firmemente que el psicoanálisis puede
transmitirse, no solamente mediante la lectura rigurosa de los textos (aunque
por éste camino es necesario que los psicoanalistas pasemos), sino mediante el
diálogo. Por medio de la apertura de espacios donde se dé lugar a hablar de los
obstáculos, donde se interrogue, se cuestione y se debata respecto del
acontecer en el mundo, las artes, las noticias, los casos particulares y ¿por qué no? También de
los grandes textos y sus autores.
Para acceder al link del programa realizado el 24 de julio haz click en el siguiente enlace:
Natalia Sladogna
natalia.sladogna@gmail.com