jueves, 14 de febrero de 2013

... DEL AMOR...



 
“Pobreza, movida por la necesidad que le es propia, deseó entonces liberarse de ella  definitivamente, haciendo que el mismo Industria le diera un hijo: se acostó junto a él y así concibió al Amor.” (El Banquete, Platón).

El amor ha sido un tema tratado desde la antigüedad, ya  los filósofos griegos, tenían discusiones para intentar aprehender algo de éste. El amor, aunque sentimiento universal, se expresa de diferentes formas, existen tantas formas de amor y de amar como seres humanos lo que lo vuelve particular, hay algo del amor que parece no puede escribirse de una sola forma.

 El psicoanálisis desde Freud se ha preocupado de elaborar un saber sobre el amor y el deseo. Este hecho no debe sorprendernos ya que desde el comienzo de la experiencia analítica está el amor de transferencia, principal motor y obstáculo para la cura por vía de la palabra. El amor de transferencia es un enamoramiento real, genuino, que como todo enamoramiento “recuerda más a los fenómenos anímicos anormales que a los normales”. La experiencia del análisis puede pensarse desde las vicisitudes del amor pues es también el atravesamiento de un amor, donde al final  quedarán los restos del recuerdo de lo que fue.

Natalia Sladogna
natalia.sladogna@gmail.com

sábado, 9 de febrero de 2013

De lecturas a lecturas: "El escándalo del cuerpo hablante"

 Desde Hacer del Decir  queremos recomendarles  "El escándalo del cuerpo hablante" por Shoshana Felman, nuevo libro que nos trae la Colección Artefactos en sus Cuadernos de notas.
Les dejamos una pequeña  pizca, una migaja del libro (el prefacio) para que  se animen a leerlo y si así lo deciden, no duden en contactarnos  (hacerdeldecir@gmail.com) ya que
 ¡lo tenemos a la venta! 
 (Incluso para envíos internacionales).



           Prefacio: El animal prometedor 


¿Cómo he de prometer,

como si en mí hubiera aún algo que me perteneciera?

—Claudel, El zapato de raso



Educar a un animal con el derecho de hacer promesas

—¿no es acaso la tarea paradójica que la naturaleza se ha asignado

en el caso del hombre? ¿No es acaso el problema real que

concierne al hombre?

—Nietzsche, Genealogía de la moral[1]





Si como lo sugiere Nietzsche en la cita anterior, la promesa puede definir de alguna manera la problemática de lo humano —situar lo que en el hombre constituye lo problemático— no deberá sorprender que haya llegado recientemente a ocupar un lugar central en los escenarios teóricos lingüísticos y filosóficos. Con frecuencia los estudios actuales sobre el performativo,[2] se organizan en torno a la promesa que se toma como modelo ejemplar de los actos de habla en general. John Searle, por su parte escribe: “Consideraré el acto de prometer como mi pesquisa inicial puesto que, en cuanto a los actos ilocucionarios se refiere, es bastante formal y bien articulada; al igual que un terreno montañoso, exhibe sus características geográficas de una forma cruda, descarnada. Pero veremos que tiene algo más que un interés local, y muchas de las lecciones que han de aprenderse de ella tienen una aplicación general.”[3] Dada la nitidez de sus contornos, estas montañosas promesas, indudablemente proyectan sombras en alguna dirección, sombras que, paradójicamente, podrían ser tan iluminadoras como la misma luz que arroja el performativo. Son estas sombras precisamente lo que este estudio tratará de explorar.

          ¿Qué es una promesa? ¿Qué se hace cuando se dice “yo prometo” y cuáles son las consecuencias? De todas estas cuestiones se encargan los lógicos del lenguaje que se ocupan del preformativo. Pero yo aquí quisiera desplazar un poco los hallazgos del análisis lingüístico y lógico para plantearles el interrogante nietzscheano: ¿en qué sentido la promesa constituye una paradoja, un problema? ¿De qué manera la lógica de la promesa es un signo de una contradicción fundamental que es precisamente la contradicción de lo humano? Aun cuando estas últimas preguntas están implicadas por el preformativo, no son del estricto dominio de una investigación lingüística formal pero en cambio emergen del corazón de un célebre mito literario, que de manera espectacular plantea el problema del preformativo: el mito de Don Juan.[4]

         

jueves, 7 de febrero de 2013

De decisiones...por esas pasiones


Implicarte, tomar parte en la justa medida de esa incertidumbre que es la vida. Apostar por eso que creemos nos apasiona es de alguna manera un salto al vacío, un arrojarse sin saber, solo con la certeza de algo que impulsa, que insiste, cayendo muchas veces en lo irracional, sabiendo sólo que insiste.

Y así es como emprendemos un viaje, en el que justamente dejamos de ser turistas cuando nos vemos en esa implicancia, en esa revisión de las decisiones que nos llevaron hasta determinado lugar, y que ahí nos tienen, haciéndonos viajeros de ese recorrido sin guía turístico ni lugares recomendados, todo lo contrario, visitando incluso en muchas ocasiones lugares que no son gratos, en donde aparece el miedo, y nos hacen tambalear.

Es ese viaje, para el cual no es necesario salir de nuestras tierras, en el que justamente pasamos a ser extranjeros, y qué más difícil que ser extranjero en tu propia casa…Pero el viaje ya está emprendido, el impulso sigue, y lo que a veces se recubre pero sigue ahí, como telón de fondo de la historia que entretejemos es la pasión, eso que nos movilizó. Cómo no cuestionarlo, cómo no querer volver, como si se pudiera, a ese regazo desde el cual salimos, en los momentos en que se hace cada vez más difícil soportar aquello de lo que quisimos tomar el mando…nuestra vida.

Justamente ahí es donde radica el más sutil y mayor de los engaños,  cómo hacernos cargo de algo de lo que sólo ilusamente somos agentes? Cómo mantener las fuerzas cuando el destino pareciera imponerse de manera aplastante?...lamentablemente aún no encuentro la respuesta,  y no creo que la encuentre, más bien, creo poder vislumbrar ciertas diferencias con tomar este viaje o seguir siendo turistas de lo que vemos, como por fuera de nosotros.  Una y la más radical, es que pese a todo el agobio que esto conlleva, nunca había conocido algo tan fuerte y movilizante como apostar a una pasión,  y si, no sabemos si llevará a buen puerto, si no estamos quizás locos, casi con la fuerza insistente de un delirio, incuestionable, pero sólo el poder sentirla luego de tanto tiempo de vivir observando asegurada y pasivamente es impagable…pase lo que pase y con el miedo que esto implica…


Lorena Alvarez
lorenapaz.alvarez@gmail.com

domingo, 3 de febrero de 2013

Doming-arte “NO”




Película chilena del 2012, dirigida por Pablo Larraín, y nominada a los premios Oscar como mejor película extranjera.  La historia a la cual esta película nos convoca está circunscrita en el momento en el que, luego de 15 años de dictadura militar en Chile bajo el dictador Pinochet, dada las presiones internacionales, se convocara a un plebiscito ciudadano para su permanencia en el poder en el año 1988. Así es como la historia gira en torno al movimiento publicitario de las campañas de la franja del Sí y el No, y cómo ésta última, bajo el protagonismo de Gael García interpretando al publicista a cargo, René Saavedra, va tomando una dirección en la cual el lenguaje de la política y el mercado se entremezclan, posibilitando un triunfo que ni los propios representantes de los diversos partidos que conformaban la oposición a la dictadura veían posible.

Dolor, silencio, temor, orden, control, trabajo, futuro, diversas aristas que este film nos muestra, la posibilidad de un hacer, de contar con un espacio de 15 minutos diarios en la televisión abierta durante el período de campaña, y orientarlo desde la lógica publicitaria, con el famoso jingle[1] que tanto resonó y movilizó en esa época “Chile, la alegría ya viene” “Vamos a decir que no”, con la alegría como valor universal siendo su irrefutable soporte y motor esperanzador que permitiera el atreverse a votar y decir NO!

Si bien la película puede convocarnos desde diversos lugares, particularmente les comparto una reflexión de esas que hacen tan especial el compartir y discutir con una buena compañía una película. Cuáles son las consecuencias de ese horror y temor que nos paralizó como país, nos paralizó en cuanto a diversidad de ideologías, a sacar la vos, con esto recuerdo en particular la escena en la que René ve la primera campaña que estaba haciendo la franja del No, y pregunta ¿no hay nada más? argumentando que con eso no iban a ganar, surgiendo como pregunta de uno de los compañeros políticos si alguien de los presentes creía en que ganarían, a lo que responden que no. Creo que esa escena en particular muestra cómo fue necesario disfrazar una verdad, dolorosa, paralizante, por una promesa puesta desde la lógica del mercado, desde lo que vende.


En palabras del propio director, en relación a las consecuencias de este momento histórico «Ahora, ¿es sólo la derrota de Pinochet o es también la victoria del modelo de Pinochet? Esa ambigüedad creo que es la concepción de la película». Un punto que me parece interesante a reflexionar, pues por un lado tenemos el fin de la opresión militar, pero no es menor pensar, por ejemplo, en cuantos años tuvieron que pasar para que se volviera a movilizar en Chile un grupo importante de personas, que manifestaran su descontento, sus demandas de una mejora educacional, y no seguir cayados, funcionando como país ordenado, “de los de mayor confianza para la inversión de otros países”. Me lleva a cuestionarme mucha cosas, a emocionarme con ese momento de liberación de mi país, y a pensar a la vez si no fue más bien el no a la dictadura, pero el sí a la libertad de mercado y al modelo implementado por ese dictador que, luego del plebiscito, siguió siendo hasta 1998 comandante en jefe del ejército, que tuvo que ser juzgado en otro país, y que no recibió pena alguna dado su “Estado de salud”, muriendo en el 2006. Su muerte refleja esta ambigüedad, en la que recuerdo las imágenes en que parte importante del país celebraba, y otra parte no menor hiciera filas eternas para despedirse de su general. Más allá de él, pensar en cómo introdujo el discurso capitalista y acalló las ideologías, me lo ha permitido ver mi inmersión en otras culturas, en su cotidiano, con sus movimientos y caos en los que la gente habla, dice, y se enjuicia. Algo que desde el movimiento de los pingüinos parece estar cambiando, como una promesa y acción desde nuevas voces que van perdiendo el miedo.

Lorena Álvarez
lorenapaz.alvarez@gmail.com




[1]El jingle es un anuncio cantando en el que el producto y el nombre del anunciante son los protagonistas; de este modo se consigue que la marca sea fácilmente recordada. La creación de los jingles es confiada a profesionales y es fruto de estrategias de mercado.